Un Momento Para El Amor: Tragedia Olímpica No perdió la medalla, ¡perdió la cabeza!
Algunos titulares de los noticieros dijeron que fue amor; otros que simplemente fue una tragedia pasional. Lo cierto es que las olimpiadas en Grecia de ese año se vieron manchadas por este siniestro.
Elani, una chica griega de 20 años, miembro del equipo nacional de judo que representaría a Grecia en las olimpiadas y con futuro prometedor, ahora se debate entre vida y la muerte en un hospital importante de este país,
A dos semanas de comenzar las olimpiadas, Elani paso el día libre con su novio Michalis de 24 años, era posiblemente una especie de despedida ya que ella tendría que estar totalmente concentrada con su equipo hasta comenzar las competencias.
El día fue muy romántico, ambos se decían querer mucho y sin duda conversaban una y otra vez de sus planes para su vida futura juntos. Sin embargo, algo salió mal en la última hora de su noche romántica.
Comenzaron a tener una acalorada discusión en el tercer piso de un edificio, no sabemos sobre que motivo, sin embargo algunos expertos opinan que entre los enamorados las discusiones en su mayoría son por tonterías.
El caso es que sin pensarlo y aparentemente muy herida, Elani corrió a uno de los balcones del piso y se tiro desesperada. Tras la caída sufrió fracturas en muchos huesos, golpes por dondequiera y quedó en estado de coma esta entre la vida y la muerte.
Tres días después, mientras las autoridades revisaban el lugar donde ocurrió la tragedia, llegó escurridizo Michalis el novio de Elani y a la vista de todos ahí, se tiró también de ese tercer piso, algunos dicen que esto fue al estilo Romeo y Julieta.
Las conclusiones policíacas fueron, intento de suicidio de ambos por una causa pasional.
Los sueños de Elani de llegar a ganar una medalla olímpica en su país se desvanecieron, inmediatamente se busco quien la supliera en el equipo de judo; hoy mientras sus compañeros intentan ganar la gloria, ella intentaba no perder la vida; Elani no ganó una medalla, mas bien perdió la cabeza y se dejo llevar por el sentimiento, las emociones y el carácter. Esto fue, la tragedia olímpica para una chica que pudo ser campeona pero que no supo involucrar la cabeza a la hora de usar el corazón.
Este caso no sólo ocurrió en Grecia a unos días de las olimpiadas; ocurre todos los días en cada país, ocurre en la vida de tantos jóvenes que dejándose llevar por la emoción o el capricho tiran por la borda su futuro. Dicen estar enamorados y en aras de esto abandonan a sus padres, dejan sus estudios, se pelean con sus mejores amigos, quedan mal en su trabajo y dejan de ir a la iglesia, pierden toda bendición que trae el hacer las cosas bien; se suicidan tirándose al abismo de la incertidumbre y, en una gran mayoría de los casos, por enamorados que no valen la pena.
Siempre le digo yo a los muchachos que usen su cabeza, que el amor no es un sentimiento salvaje que no pueden dominar, eso es lo que nos enseñan las telenovelas, pero es falso, tu controlas tus sentimientos y tu corazón, tu decides donde ponerlos y donde quitarlos, el amor es también una decisión y las decisiones se toman también con la cabeza. Chicos, el noviazgo deberían verlo como el laboratorio del matrimonio, es un tiempo para conocerse y decidir, para saber si son afines y que buscan en la vida, es una etapa maravillosa si la sabemos vivir, porque no hay nada como estar enamorado, dicen los psicólogos que es una las experiencia más emocionantes de la vida; así que métele cabeza a los asuntos de tu corazón, usa esta fórmula y descubrirás la emoción de estar locamente enamorado.
Es verdad, nos hace una falta una fuerza superior para decir no, o para decidir lo que no nos conviene, nos hace falta una fuerza más grande que la nuestra para arrancar lo que sentimos por alguien sin que nos duela, ¿verdad? Pero esa fuerza esta en Jesús, El Hijo de Dios, El nos demostró en una cruz que amar no sólo es una emoción, así que si tú le abres tu corazón y lo invitas para que sea tu Dios, entonces esa fuerza mayor estará en ti y podrás hacerlo; entonces irás por tu medalla de oro, por las estrellas que tienes en tu firmamento y por los sueños que anhelas alcanzar. Tú eres un campeón y no se te permite cometer tonterías, haz las cosas bien y deja de ser un sentimental salvaje, es hora de tomar el control de tu vida y ponerla donde más te conviene; para esto te propongo a Jesucristo, con Él, tu medalla está asegurada.
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