Un Momento Para El Amor: Las metas y tus sentimientos
Nuestros sueños y metas v/s Nuestros sentimientos. En ocasiones estas dos áreas parecen tener una gran pelea en el cuadrilátero de nuestra vida. ¿Qué es más importante para ti? ¿tus sueños y metas, o tus sentimientos?
Tener sueños y metas es necesario e indispensable en nuestra vida; parece mentira pero hay jóvenes que llegan a los 20, 25, 35, 40 años de edad y aún no saben a que van a dedicar su vida OMG! Sin embargo, nuestras metas profesionales o de éxito no deben ahogar el área sentimental de nuestra vida, no es lo más sano sacrificar nuestro corazón a tal punto de perder el equilibrio. Nuestros sentimientos no están peleados con nuestras metas, al contrario deben formar parte de ellas y debemos colocarlos en su lugar y en su tiempo.
Que difícil es encontrar el equilibrio entre metas profesionales y sentimientos, es muy fácil perder el equilibrio y caer en los extremos; esto fue lo que le paso a Sabrina.
Sabrina es una chica que siempre fue muy emprendedora y dedicada, se trazaba metas y no descansaba hasta lograrlas, pero eso no es todo, aún no llegaba a su destino cuando en su horizonte ya figuraban otros logros por alcanzar. Nunca tuvo novio, a si mismo se decía que por el momento no tenía el tiempo para esto, que cuando terminara su carrera quizá ya lo pensaría en serio.
Cuando terminó sus estudios, se emocionó con la idea de hacer una maestría, aún no tenía novio pues ella decía que sus estudios de postgrado chocarían con una relación sentimental para la que no tenía tiempo.
Su edad avanzaba y su familia comenzaba a presionarla con la pregunta de cuando se casaría. Al término de su especialidad ahora su meta era conseguir una plaza para ejercer su profesión, ganar dinero y montar su propio negocio; aún no tenía novio y el tiempo seguía su curso.
A estas alturas la presión de su familia y sus amigas era mucha y ella en el fondo a decir verdad se lamentaba de no tener tiempo para su corazón, es más, hasta lloraba porque llego a creer que ningún muchacho la pretendería con su trajín de vida que llevaba.
Un buen día un muchacho la cortejo y ella ya un poco desesperada lo acepto como novio; él no tenía profesión y sus amistades no eran buenas; se emborrachaba mucho.
La familia de Sabrina no cesaba de darle consejos respecto a que no le convenía esa relación. Por último se casó con la idea de cambiarlo una vez en el matrimonio.
Después de casada, ella le dio largas a tener un hijo porque decía que primero hay que tener su casa propia y, una vez lográndola ahora si era tiempo de pensar en un embarazo. Pasaron dos años de casados y el muchacho seguía tomando y con sus malas amistades; ella por su parte había logrado su casa pero ahora estaba por comprar un negocio.
Una tarde finalmente, mientras Sabrina trabajaba recibió una llamada de emergencia, salió corriendo al hospital para identificar el cuerpo de su esposo a quien habían asesinado de varios tiros en el pecho. La vida se le vino abajo a ella sin comprender nada y preguntándose el por qué de las cosas. Sabrina esta en una depresión profunda de la que no puede salir y bajo tratamiento. Nunca quiso tomar a Dios en cuenta en su vida e hizo caso omiso a los consejos de sus padres. Sus metas profesionales ahogaron sus sentimientos y su espíritu; creyó que una cosa no tenía que ver con la otra.
Muchachos, la vida es un equilibrio, tan importantes son tus metas y logros como tus sentimientos y mucho más tu espíritu, nunca los divorcies, encuentra la química correcta y aunque se te haga difícil lo puedes lograr, -¿cómo? -me dirás, la clave está en llenar primero tu espíritu con Dios. Entrégale tu vida a Jesucristo y lo demás te será mas fácil, ¡créelo!
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